La situación de la agricultura en Moratalla es preocupante, una tragedia para un pueblo que ha sido explotado por su belleza natural, pero abandonado por quienes deberían protegerlo. Bajo el mandato de Juan Soria Alcalde de Moratalla y el Partido Popular, se ha vendido la imagen de un “territorio lavanda”, mientras los agricultores, que mantienen vivos esos campos y son el alma de este territorio, se enfrentan a una crisis sin precedentes. La lavanda, estampa que ha sido la carta de presentación del municipio, se marchita y, con ella, las esperanzas de las familias que dependen de su cultivo.
Es positivo buscar alternativas que impulsen el desarrollo de nuestro medio rural, pero no basándose en una imagen que no refleja la realidad. La administración debería contribuir al mantenimiento de esos paisajes, ya que se benefician de su explotación para fines promocionales.
La realidad es cruda, los ingresos de los agricultores se han desplomado mientras los costes de producción se disparan. Hace pocos años, el kilo de esencia de lavandín se valoraba en 35 €; hoy, se vende apenas por 9 €, al igual que ocurre con otras especies. Esta caída en el precio supone una ruina auténtica para los productores. Mientras tanto, las grandes empresas cosméticas siguen enriqueciéndose, aprovechándose de un sector desprotegido y de agricultores que luchan por sobrevivir en un entorno cada vez más hostil.
El Partido Popular, con Juan Soria a la cabeza, ha demostrado una preocupante falta de comprensión y conocimiento de la problemática agrícola. Un ejemplo claro de esta desconexión con la realidad es la falta de apoyo a la modernización de los sistemas de riego. La implementación del riego por goteo, fundamental para optimizar el uso del agua y garantizar la sostenibilidad en una región afectada por la sequía, fue un proyecto bloqueado por intereses políticos de Juan Soria y unos pocos comuneros, a pesar del apoyo mayoritario a esta medida. Ver cómo se negó una infraestructura vital truncó cualquier posibilidad de crecimiento y desarrollo.
El “territorio lavanda” es una fachada. Detrás de las fotos promocionales y las campañas publicitarias, la tierra está abandonada. Los agricultores no solo enfrentan la falta de agua, sino también la inacción de un gobierno que no ofrece subvenciones ni planes de apoyo para diversificar los cultivos y adaptarse a las demandas del mercado y las realidades climáticas, como las ayudas ante la sequía, entre otras.
Las medidas para mitigar el impacto del cambio climático son inexistentes. Año tras año, los fenómenos meteorológicos extremos se intensifican, arrasando con las cosechas y dejando a los agricultores en la miseria. La gestión de Juan Soria y el Partido Popular ha sido un compendio de promesas incumplidas y prioridades mal dirigidas. Sería justo que las instituciones ayudaran al mantenimiento de las zonas de cultivo, ya que se utilizan para campañas publicitarias y otros fines.
Los agricultores necesitan apoyo: subvenciones para modernizar sus explotaciones, acceso a tecnología de riego eficiente y políticas que fomenten la diversificación agrícola. No se puede seguir explotando la imagen de Moratalla sin devolverle a la tierra y a sus trabajadores el apoyo que merecen. Si queremos un futuro para la agricultura y un relevo generacional, es esencial que se implementen programas que devuelvan la rentabilidad al sector y ofrezcan oportunidades reales a los jóvenes.
La falta de compromiso de Juan Soria y el Partido Popular con el sector agrícola es evidente. Han priorizado el marketing por encima de la solidez y han demostrado una incapacidad absoluta para gestionar las necesidades de Moratalla. La consecuencia es un pueblo que ve cómo se marchita su esencia y un campo que agoniza. La lavanda no solo simboliza la belleza de Moratalla, sino también el abandono que sufre. Sin medidas urgentes, el “territorio lavanda” no será más que un recuerdo. ¿Hasta cuándo permitiremos que esta situación continúe?